El arquitecto Christian de Portzamparc quería que esta ampliación del museo, que duró desde 1989 hasta 1992, fuera «primaria, esencial, sin detalles a la vista.» La iluminación tipo zenit, la tonalidad verde-gris de las paredes, gris piedra o gris cemento evocan de forma contemporánea la existencia del antiguo taller. La museografía unas veces aísla y otras reagrupa los fragmentos de dos monumentos principales, como si nos instara a percibir la paciente elaboración.

El Monument aux combattants et défenseurs du Tarn-et-Garonne de 1870-1871 (Monumento a los combatientes y defensores de Tarn y Garona de 1870-1871) es el primer encargo de gran envergadura que recibe el artista: «me gustaría plasmar todos los sobresaltos de la criatura humana con un brazo de desesperación arañando el cielo». Para realizar esta obra épica, Bourdelle lleva a cabo numerosos estudios, muchos de los cuales expone como obras independientes, como La Guerre (La Guerra) o Figures Hurlantes (Figuras gritando) (1899).

El Monument à Adam Mickiewic (Monumento a Adam Mickiewicz) (1908-1928), última obra del artista, sintetiza «la energía del constructor». (André Suarès)