El jardín a la calle

Pueblan el jardín los bronces más famosos de Bourdelle, fundidos siguiendo los modelos presentados en el Gran vestíbulo.

Las estatuas del Monument au genéral Alvéar (Monumento al general Alvear) (1913-1923) – La Liberté (La Libertad), La Force (La Fuerza), La Victoire (La Victoria) y L’Eloquence (La Elocuencia) se alzan con orgullo ante las arcadas del peristilo de ladrillos. Adam (Adán) (1889), expulsado del Edén, encontró refugio entre Penélope (1905-1912), columna inquebrantable de la fidelidad y Les Fruits ou la nudité des fruits (Las frutas o la desnudez de las frutas) (1902-1906), una Eva casta y voluptuosa coronada por manzanas... La sensualidad de la Baigneuse accroupie (Bañista en cuclillas) (1906-1907) conserva todavía las influencias de Rodin. Frente a ésta, el «pedazo de bravura» del Héraklès archer (Heracles arquero) (1910) rubrica su manifiesto en pro de la energía viril y el triunfo del artista.

El jardín interior  

En el laberinto familiar de los talleres, el jardín interior abre las puertas a un surco de silencio con un bosquecillo de sombra tomado por la hiedra que invita a dejarse de llevar. Bajo las robinias buriladas de grietas, los bronces de Bourdelle jalonan la arquitectura. Su pátina concuerda con la de los troncos verdigris. La Vierge à l’offrande (La Virgen de la ofrenda) (1919-1923) «parece presentir el peso divino que soporta» (Bourdelle). El Centaure mourant (Centauro moribundo) (1911-1914) se sume en un sueño, una meditación compartida con Sapho (Safo) (1889-1925), la poetisa, sobre su peñasco de soledad.

«… os escondíais niños al pie del laurel sombrío,

os camuflabais bajo su gran manto de sombra,

cuando pasaba, ayer, de camino a la ciudad.

Y yo, yo os veía, vi vuestra belleza

Y este vino de la mirada, lo bebí en largos tragos.»

(Safo de Lesbos, siglos VII y VI antes de Cristo. Traducción al francés de Marguerite Yourcenar)