El museo ofrece al público unos espacios de exposicíon particulares, que van desde los antiguos talleres de Bourdelle del siglo XIX hasta la moderna ampliacíon de Christian de Portzamparc de 1992 y todos ellos realzados por unos acogedores jardines que invitan al paseo en pleno corazón del barrio de Montparnasse.

De la intimidad del apartamento en el que trabajó el artista, al gigantismo del gran vestibulo de las figuras de escayola con luz velada, el visitante tiene plena libertad para elegir el recorrido de su visita por toda la obra del escultor.